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Quiero compartir con vosotros unas líneas sobre uno de mis libros favoritos de fácil lectura: “Los Cuatro Acuerdos” de Don Miguel Ruiz

El doctor Miguel Ruiz nos propone un sencillo procedimiento para eliminar todas aquellas creencias heredadas que nos limitan y sustituirlas por otras que responden a nuestra realidad interior y nos conducen a la libertad.

La filosofía tolteca propone cuatro acuerdos básicos:

1. Sé impecable con la palabra.

Las palabras poseen una gran fuerza creadora, crean mundos, realidades y, sobre todo, emociones. Las palabras son mágicas: de la nada y sin materia alguna se puede transformar lo que sea. El que la utilicemos positiva o negativamente depende de cada uno de nosotros.

Con las palabras podemos salvar a alguien, hacerle sentirse bien, transmitirle nuestro apoyo, nuestro amor, nuestra admiración, nuestra aceptación, pero también podemos matar su autoestima, sus esperanzas, condenarle al fracaso, aniquilarle. Esto es importante tenerlo en cuenta con nuestra propia persona, nuestro propio diálogo interno.

Si somos conscientes del poder de nuestras palabras, de su enorme valor, las utilizaremos con cuidado, sabiendo que cada una de ellas está creando algo. La propuesta de Miguel Ruiz es, por tanto:

«Utiliza las palabras apropiadamente. Empléalas para compartir el amor. Usa el lenguaje positivo empezando por ti. SÉ IMPECABLE CON LA PALABRA». 

2. No te tomes nada personalmente.

«Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos depredadores, los magos negros… Te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura. Pero si no te tomas las cosas personalmente serás inmune a todo veneno aunque te encuentres en medio del infierno», asegura Miguel Ruiz.

Comprender y asumir este acuerdo nos aporta una enorme libertad. «Cuando te acostumbres a no tomarte nada personalmente, no necesitarás depositar tu confianza en lo que hagan o digan sobre ti las demás personas. Nunca eres responsable de los actos o palabras de las demás personas, sólo de las tuyas propias. Dirás «te amo» sin miedo a que te rechacen o te ridiculicen». Siempre puedes seguir a tu corazón.

3. No hagas suposiciones.

«La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te queden claras e incluso entonces, no supongas que lo sabes todo sobre esa situación en particular», insiste Miguel Ruiz. En última instancia y si te dejas guiar por la buena voluntad, siempre te queda la confianza… Y la aceptación.

4. Haz siempre lo mejor que puedas.

El cuarto y último acuerdo permite que los otros tres se conviertan en hábitos profundamente arraigados: haz siempre lo máximo y lo mejor que puedas. Siendo así, pase lo que pase aceptaremos las consecuencias de buen grado. Hacerlo lo mejor posible no significa que tú y yo tengamos que hacerlo de la misma manera, ni siquiera que mi respuesta en estos momentos que me siento llena de amor y confianza, sea la misma que en otros en los que me siento cansada, o no he dormido bien.

Se podría decir que en cada momento de nuestra vida somos diferentes, en unas circunstancias y con unas limitaciones concretas. A veces podemos responder a lo que interpretamos como una «provocación» con una sonrisa irónica o divertida, con sentido del humor, o con una carcajada retadora, o incluso a gritos. Pero siempre podemos intentar ser impecables con la palabra, no tomárnoslo personalmente y no sacar conclusiones precipitadas… dentro de nuestras limitaciones físicas, anímicas y en general, de cada momento.

Os propongo empezar a practicar un acuerdo a la semana, en 4 semanas estoy segura de que notarás un cambio muy positivo en tu vida.

¿A qué estás esperando?