Dormir es una necesidad vital que además es clave para el proceso de aprendizaje.
Según los estudios, entre las posibles funciones del sueño, está la de reprocesar activamente la información y consolidar aprendizajes realizados en los días o semanas anteriores.
Durante el día los sentidos captan información y mientras dormimos, esa información se estructura para poder utilizarla cuando nos despertamos.
Existe, una correlación entre el dormir bien y las horas suficientes, con el rendimiento óptimo en los estudios o en la vida cotidiana. También se ha demostrado la importancia de un sueño adecuado para mejorar de forma significativa el pensamiento creativo.
Lo que está claro es que la privación de sueño afecta negativamente al aprendizaje.
Mientras dormimos…
Fijamos los aprendizajes: durante el sueño, además de fijarse los contenidos a la memoria, se producen menos interferencias que nos puedan hacer olvidar lo retenido durante el día.
Si quieres optimizar los procesos de enseñanza y aprendizaje debes estar despierto durante el día y dormir las horas necesarias durante la noche con el fin de consolidar la información recibida durante el día, es decir, para aprender.
Además, mientras dormimos…
Desarrollamos la creatividad: ya que durante el sueño se relacionan conocimientos nuevos, con estructuras ya consolidadas, que permiten nuevas líneas en las que discurrir y encontrar solución a problemas que no habíamos sido capaces de resolver.
Para que no se te olviden las nuevas ideas que puedan surgir durante el sueño, es buena idea tener una libreta y un boli en la mesita de noche, para apuntarlas al despertar.
Por todo ello te propongo un ejercicio que te ayudará a dormir mejor, para aprender mejor. Lo puedes escuchar aquí.